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domingo, 9 de agosto de 2009

Historia de Lagos

Parte 1 : Antes del Abrazo

He sabido recientemente, que muchos de los de "mi especie" utilizan el abrazo en mortales a los que aman, para no separarse de ellos, o a aquellos cuya existencia ha sido desgraciada, para darles una nueva oportunidad de "vivir" y poder mejorar. Los hay incluso que lo usan para atormentar a alguien. condenandolo a la oscura eternidad como castigo por sus malas acciones...Mi caso no es inguno de los anteriores....el mio fue diferente... mejor.
S. XIX, cercanías de Budapest.
Nací en una acomodada y arrogante riqueza. No teniamos grandes fortunas, pero en comporación con los habitantes del pueblucho en el que residíamos, se podría decir que éramos millonarios. Mis padres, descendientes de una noble familia que casi se remontaba a los tiempos de Marco Aurelio (o al menos de eso solían presumir), habían amasado en el pasado una cuantiosa fortuna heredada de mis difuntos abuelos, quienes concertaron el matrimonio entre su hijo Marcus (mi padre) y su querida sobrina Agness (mi madre), manteniendo así el apellido y el linaje ancestral que tanto les había proporcionado.Se casaron, y los cuatro vivieron juntos en un ieo e imponente castillo situado en la loma de u monte, coronando el pueblo que lo rodeaba y luciendo un aura de poder y majestuosidad que lo hacía digno de verdaderos reyes
Pues bien, Marcus y Agness tuvieron un hijo, un precioso y encantador niño, al que Agnes se empeñó en llamar Amadeo, debido sin duda a su ciega entrega hacia la fe cristiana. Como supongo habréis deducio, ese niño con tan desafortunado nombre era yo.
Como era de esperar, el niño fue mimado y querido por familiares y sirvientes, que estaban encantados y solo tenian ojos para él. A mis abuelos se les caía la baba, pero yo sé de buena tinta que quien mas embrujada estaba conmigo, era la hermana de mi madre, la tía Bellatrix.
Mis padres y yo ocupabamos una de las torres mas altas del castillo, mis abuelos una estancia cercana a la nuestra en el segundo piso, y la tía Bellatrix vivía en una de las mazmorras subterraneas que ocupaban la parte baja de la montaña, alegando que no soportaba las alturas.
No había un solo segundo del día en que el bebe pudiese estar solo, si mi madre necesitaba hacer sus necesidades, mi tía se quedaba junto a mi cuna yme hacía carantoñas, si la sirvienta bajaba a a las cocinas a por agua o leche, mi tía me cogía en brazos y me hacía jugar y reir.
Mientras que Marcus pàsaba la mayor parte del tiempo viajando con mi abuelo con importantes asuntos de negocios que yo no comprendía, las mujeres se ocupaban de convertirme en un niño mimado y altanero que lloraba cuando queria algo. Sí, de eso se ocupaban mi abuela y mi tía...pero no mi madre.
A pesar de que con el paso del tiempo he llegado a entender que jamás la quise, no puedo negar que ella se entrtegaba a mí para intentar construirme un futuro decente, lejos de arrogancias y excenticidades.
A medida que yo iba creciendo, mi madre se encargó de darme una enseñanza, de sentar las bases para la formacion de mi mente culta y enrriquecida. Me daba clases de literatura, me enseñço ciertos principios matemáticos, me enseñó a pintar a las afueras del castillo, a aobservar las estrellas y clasificarlas.
Por su parte, Tia Bellatrix consideraba que las enseñanzas de mi madre eran respetables, pero algo innecesarias. Ella se encargó ,pues, de enseñarme cosas que hubiesen escamndalizado a mi madre. Me leyó cuentos infantiles que entrañaban mensajes y significados ocultos, libros espeluznantes sobre seres con los que yo solo había tenido contacto en pesadillas (muertos que se levantan de sus tumbas, brujas que bailaban alrrededor de hogueras para invocar al Diablo, muebles que se movían solos por la presencia de espíritus...). Con razón empecé a ser un chico algo huraño y singular, pues de los cuentos que mi Tia me había leído, el que mas me fascinaba era el del famoso vampiro...Dracula.
Sólo lo consideraba un personaje extraordinario e interesante, jamás pensé en lo que la existencia de esta entidad supondría en mi vida...y en mi muerte
Con el paso de los años, una cadaverica mano invisible empezó a asomar por las ventanas del castillo,ansiosa por entrar y llevarse a alguien... y no tardó demasiado. Un triste día de noviembre, con el frio escarchando las ventanas y helando los secos árboles de los alrrededores del castillo, llegó mi padre a lomos de su caballo, y llegó solo, con la triste noticia de la muerte de mi abuelo.
No debía contar yo más de seis años, pero aún recuerdo imágenes fatídicas de aquel momento: mi abuela por los suelos,llorando histérica y desconsolada, mi madre tratando de levantarla y tranquilizarla,para llevarla a su habitación, mi padre sentado en su sillón de la sala de estar, con lágrimas silenciosas corriendole por los ojos, mi tía en medio de la escena, con los brazos cruzados y cabizbaja, en señal de respeto. Al verla seria a ella, supe que de verdad ocurría algo grave, supe que la muerte de alguien era algo malo, que la muerte significaba el Viaje sin Retorno.
El ambiente en el castillo se volvió entonces oscuro, frio y solitario. Donde antes se escuchaban risas etsridentes de niños y madres, ahora había murmullo de silenciosos sollozos. Donde antes había mesas repletas de comida ante una rugiente hoguera con un bebé tirando la comida fuera del palto, haciendo reir a los comensales, ahora había pálidas cenas en las que sólo se escuchaba el sonido de los cubiertos, a la luz de unas velas incapaces de iluminar nuestra oscuridad interior.
Las clases no se interrumpieron, pero se hicieron mucho más aburridas, mi madre estaba triste siempre, y el proceso de enseñanza se volvió muy lento. Me aburría de ella muy a menudo.
No sucedía lo mismo con mi tía, pues ella me dijo que la única forma de burlar a la muerte era estudiándola, de modo que nuestras sesiones cobraron mucho mas énfasis, hasta tal punto que mi tia en ocasiones me daba miedo.
¿Tan importante era el abuelo para nosotros? No, al menos, no para mí. Era capaz de sobrevivir sin él perfectamente, pero lo que realmente nos sumió en el miedo y el desconsuelo fue el echo de que la muerte hubiese elegido nuestro castillo para miver sus piezas. ¿Habría intentado la Parca compensar lafelicidad que habñia traido la vida, con el horror que podía causar la muerte?. Sí,lo hizo, y lo demostró más adelante.
Mi abuela cayó enferma, no quería comer nada, y apenas se levantaba de su cama para ir al servicio, por lo que muchas veces mi madre o los sirvientes tuvieron que ocuparse de limpiar sus ropas y sabanas, y y bañarla a ella.
No tardó demasiado en abandonarnos, asestando en nuestras almas un golpe mucho mas leve e indoloro que el de la muerte de mi abuelo.
La gente del pueblo comenzó a sentirse muy apenada por nosotros. El castillo se veía ahora muy descuidado y seco, y es que con la muerte de los abuelos, muchos sirvientes habían abandonado la casa, ya que les eran fieles sólo a ellos.
Mi padre debía pasar ahora el doble de tiempo fuera de casa, ya que ahora debía ocuparse de sus asuntos y los del abuelo. Mi madre y su hermana se sumieron ambas en un mar de luto.
Las clases cada vez fueron menos frecuentes, mi madre pasaba el dia sentada,llorando, mirando por la ventana hacia el vacía, con la esperanza de que un haz de luz iluminase nuestro hogar y lo llenase otra vez de felicidad.
Las sesiones con mi tía, sin embargo,continuaron. Aprendí mucho acerca del folklore de los vampiros, sus debilidades y pntos débiles,etc. Aunque, noté a Tia Bellatrix algo nerviosa en muchas ocasiones, y muy ausente.
Curiosamente, un lluvioso dia, un mes o dos despues de la ultima partida de mi padre al extranjero, el médico del pueblo tuvo que venir a asistir a mi madre, contaría yo ya los 17 años. Estaba aquejada de dolores de estómago y vómitos. Yo no pude evitar pensar que no tardaría mucho en seguir a la necrópolis a mis abuelos...pero me equivoqué de medio a medio. El médico salió de la habitación de mi madre, sonriente, y me dijo:
- Muchacho, vas a tener un hermanito-
Un hermano...un hermano...¿Cómo debía interpretar eso?...
Por un lado, mi madre estaba mucho más contenta, un nurvo brote de vida gabía surgido en el castillo, un motivo de celebración. Abandonó el luto, por supuesto, y empezó a pasear de un lado a otro, decidiendo la disposición del hogar para acomodarla al nuevo inquilino.
Sin embargo...yo no pude evitar sentirme fastidiado. Aquel acontecimiento había perturbado la tranquilidad de MI CASA. Mi tía tambien lo pensó así, o al menos esa impresión daba. Temporalmente suspendió las sesiones. No era posible estudiar tranquilo con mi madre yendo de un lado para otro y con nuevos sirvientes por todas partes redecorando la casa.
Ambos empezamos a intuir que la nueva atmósfera que estaba tomando la casa...no era para nosotros. El velo de secretismo con el que antes contábmos se había desvanecido.
Mi padre se tomó la noticia como un milagro, y cenó con nosotros birndando por todo lo que se le ocurría. A pesar de que los continuos viajes habían dejado su huella en él (le habían salido muchas canas, los ojos se le habían hundido, y su palidez iba en aumento), aquella noche tenía un aspecto radiante.

En efecto, mis padres estaban encantados con el nuevo nacimiento. Yo, sin embargo, deseaba que jamás se hubiese sabido, que nunca hubiera ocurrido...incluso que mi madre hubiese muerto de pena tras la partida de los abuelos.
Pero no era ese mi único motivo de fastidio, no...aún quedaba el golpe final.
En una de las constantes redadas de limpieza que hacía mi madre junto a los sirvientes, encontró en la habitación de Tia Bellatrix los libros y apuntes que habíamos hecho ambos acerca de vampiros y lineas de sangre No Muerta. Se puso furiosa, y empezó a discutir con su hermana de lo que me había estabo inculcando. Nunca la había oido gritar de esa forma. Cosas como que todo eran paparrchas, que me había hecho perder el tiempo enseñandome chorradas, que me había echado a perder por su culpa, etc. Tía Bellatrix no aguantó la bronca mucho rato. Hecha una furia y gritando maldiciones e improperios a mansalva, hizo las maletas y se marchó de casa, sin ni siquiera despedirse, dejandpo la mazmorra vacía,desierta....como mi corazón.
Era la flecha que me faltaba, en mitad del pecho. Ahora me encontraba completamente solo.Mi tía lo había sido todo para mi durante los últimos años.El estudio de los temas ocultos del mundo me había fascinado tanto como a ella, y ahora ese atractivo aliciente había desaparecido de mi vida.
Dado que el castillo se había convertido en n lugar alegre, de constante ajetreo, e incluso visitas (cosa que nunca había sucedido), yo había pasado a ser la obeja negra.
Me instalé en la mazmorra de mi amada tía. Pènsé que eso disgustaría a i madre, pero ni siquiera pareció importarle, estaba demasiado ocupada con su nueva alegría.Puesto que no puso pega alguna, la mazmorra se transformó en mi santuario. Mi madre había mandado quemar todos los escritos "oscuros" que tan cuidadosamente habia estudiado, lo que me enfureció muchísimo.
Recuerdo que me puse como loco, rompí muchos valioso objetos decorativos de la casa , preso de una ira incontrolada, mientras mi madre iba detrás mía, gritandome que me detuviese, y que me arrepentiría de aquello....os aseguro que me arrepentí.
En la parte exterior del castillo teníamos un pequeño establo, en el que descansaba el caballo de mi padre cuando éste volvía de sus viajes, y otro ejemplar, blanco,precioso, que mi madre usaba para sus paseos y al que amaba con locura por su belleza pura e inmaculada.
Furioso por haber perdido a mi amada tía y por la destruccion del trabajo que tan energicamente habíamos hecho entre los dos, me acerqué al establo hecho una fiera, cargando con un hacha de cortar leña, dispuesto a arrebatarle a mi madre ese hermoso regalo de Dios.
Abría la portezuela de madera,y entre en ese habitaculo oscuro, con el suelo lleno de paja...a pesar de la oscuridad pude ver al caballo....tan blanco era que casi brillaba en las sombras...estaba muy cerca...estaba levantando el hacha, y de repente un terrible dolor punzante atacó mi pierna izquierda.
Pegé un alarido tremendo y dejé caer el hacha al suelo. Uno de los perros que había allí custodiando el establo se había lanzado a por mi pierna, y la mordía de forma frenética como si fuese de trapo.
Grité desesperado,pidiendo ayuda, y al poco llegaron algunos sirvientes que, horrorizados, ataron al perro y me levantaron entre todos.Me llevaron deprisa a los aposentos de mi madre (se negaron a llevarme a la mazmorra),me tumbaron en su espaciosa cama y fueron a llamar al médico.
Quedé solo en la estancia, dolorido, y recapacitando sobre lo que acababa de ocurrir. Miré mi pierna, o lo que quedaa de ella, ensangrentada, con trozos de carne por fiera y marcas de dientes de un rojo oscuro casi negro. ¿Qué opinaría mi madre de aquello? ¿se preocuparía; se enfadaría por mi insensatez; se echaría sobre mí pidiendome perdón?
No hizo falta pensar mucho, ya que mientras yacía allí, entró ella. Estaba seria, fria, unos surcos de lágrimas rayaban su rostro. Caminó hacia un lateral de la cama sin mirarme, y se sentó en una silla próxima.
Se produjo un silencio tenso,la habitación estaba casi en penumbra, anque no tenía nada que ver con la luz de fuera. Yo miraba a mi madre, y ella tenía la mirada clavada en su regazo,sobre el cual tenía las manos entrelazadas.
Era rubia, con un pelo muy largo y ondulado, y tras haber abandonado el luto solía vestir elegantes vestidos blancos, que hacían resplandecer su rostro de porcelana y sus ojos azul gema.Como apenas llevaba un par de meses encinta, su vientre no sobresalía demasiado,pero ya le daba un aspecto mas tierno y encantador. En ese momento, sin embargo, parecía apagada, una simple muñeca sentada en aquella silla.
Su voz sonó como salida directamente de su interior, tan apagada como su luz, tan fria como su actitud. Habló sin mirarme
- En esta casa ha habido muchas pérdidas, Amadeo. Esperaba que salieses de la oscuridad en la que te habias sumergido,para pasar conmigo una etapa de felicidad como antaño tuvimos. Pero ya veo que no es un sueño que pueda compartir conitgo. Desde que Bellatrix se marchó me has evitado, y solo me dirigias miradas frias y rencorosas. Siempre supe que la querías a ella.
Guardé silencio, no había dicho nada nuevo para mí,aunque jamás la imaginé diciendomelo
- Ya no eres ningún niño,hijo mío, asíque, dado que este ya no es un hogar que tu vayas a habitar de forma grata y agusto, puedes marcharte cuando quieras. Te facilitaré la dirección de tu tía si deseas marcharte con ella. Cuando ese mal de la pierna se haya mejorado, puedes hacer venir a un sirviente para que recoja tus cosas de la mazmorra , yyo misma te facilitaré un transporte.
Volvió a reinar en la estancia un silencio aplastante, roto por los sonidos de la naturaleza exterior. Al cabo de unos minutos, Agness se levantó y fue hacia la ventana
- El médico está aquí, subirá en seguida.
Y se fué de la habitación, no sin antes dirigirme una ultima miradacargada de trsiteza y desconsuelo. Entreabrió la boca par decir algo, pero pareció dudar un segundo, y en lugar de decir nada, cerró la puerta y lo último que oí de ella fueron sus pasos alejándose por el pasillo
....................
Un amortiguado ruido me despertó. Me hallaba en la habitación de mi madre. Hacía apenas unas horas me habían amputada mi gangrenada pierna izquierda, y me habían dado un potente sedante.
Me incorporé un poco (todo lo que pude) para ver qué me había despertado. Cuando mis ojos se hubieron acostumbrado a la oscuridad, pude ver , junto a la puerta, una figura encapuchada y alta, que debía de haberla cerrado.
A pesar de todo cuanto había leído y estudiado sobre temas ocultos y siniestros, no pued evitar sentirme presa del pánico. Me vi a punto de gritar, de pedir ayuda, pues ni siquiera era capaz de levantarme de la cama. La figura empezó a deslizarse hacia mí.
Empecé a respirar agitadamente, seguro de que se trataba de la muerte, que queria eliminarme, como hizo con mis abuelos.
Estaba a punto de gritar, cuando de debajo de la capucha surgió un dedo indice, blanquisimo, que fue a posarse sobre unos labios rojo sangre, indicandome silencio.
Tía Bellatrix se despojó entonces de la capa negra que la cubría, dejando ver su pelo, voluminoso, negro y rizado, su rostro, de un blanco antinatural, solo animado por los labios sangrantes y sonrientes, y por unos ojos que emanaban una energía casi diabólica.
Estaba atan arrebatadoramente atractiva, que me enamoré de ella en ese mismo instante. emitió un sonido gélido parecido a una voz humana susurrante:
- Hola cariño, tu Tía Bellatrix ha venido a buscarte-
Se acercó, casi flotando, hasta mi cama, y se sentó a mi lado, sonriendo y acaiciandome la cara con unos dedos helados
- Siento haberme marchado, tesoro, sé que lo has pasado mal sin mí, pero he vuelto para llevarte conmigo, para alejarte de las garras de tu presumida mamaíta. Te llevare a otro mundo, a un lugar donde ella no pueda encontrarte, donde seras admitido como no de los grandes, donde aprenderas todo acerca de todo, donde hallarás las respuestas a todas las preguntas que alguna vez te has formulado.
A medida que hablaba, percibí que algo en ella cambiaba...su mirada refulgía con un resplandor carmesí...y sus colmillos se alargaban misteriosamente...supe entonces de qué estaba hablando
-¿Quieres dedicar la eternidad al saber, al estudio de la sangre y su ancestral poder, quieres ser digno de ser lo más parecido a un dios que pisa esta tierra?
No osé dudarlo
- Sí quiero-...
Dudo que el resto necesite explicación alguna. Todos sabemos lo que es el abrazo y lso sentimientos que se experimentan en ese momento.
Así me hice como soy. Tarde o temprano me separé de mi amada Tía, quien fue mi maestra en todo lo que a esta vida se refiere, pero esa es otra historia, que quizás cuente en otra ocasión...
desde aquel día, Amadeo dejó de existir...y dio paso al demonio....a Lagos

martes, 16 de junio de 2009

AMOR Y PSIQUE

Oscuras las ventanas

Se ha marchado el Reyc
on la Dama Negra
Quedan las pobres flores
a merced de la malvada Reina
Los muros blancos
todos de yeso
Columnas en los trancos
y ventanas con rejas,como las de los presos

No existía llave
para salir de la celda
Ellas queriendo ser aves
sus ojos derramaron perlas

Aunque no todo es pena, dolor y sufrimiento
Un gigante ambicioso
llegó a sus aposentos

Oscuras las ventanas
cuando asoma el gigante
Bajadas las persianas
sin recibir el diamante

Pronto estallla la tormenta
¡La Reina está furiosa!
se alza ante ella la princesa
y todas la llaman : ¡deshonrosa!

Creyendo a su amado
villano muerto
La pobre heroína
se deshizo en lamentos
Y de repente
¡Cae un rayo!
¡Un destello fulminante!
Y con el canto del gallo
llega el silencio
triunfal y dominante

lunes, 15 de junio de 2009

Draw with Me

Come
Come with me
I´m very cold
I need you
Come
Come with me
So long
I missed you at my side
Today,
I dont wanna think
My mind fly free at last
Want to fly with me?
Come, come on!
Let´s draw
draw with me
a mural of a thousand colors
on the wall of sadness
a kiss of love
on black barsdraw
an "I love you"
to be printed in the clouds
Come
Come with me
And we will draw
your eyes on the sky
are the stars
Your kisses
my brush
Your body canvas
your look, my inspiration
your smile, the sky

lunes, 4 de mayo de 2009

Algo de Arte